Capítulo 3. El quinto día


Érika sudaba profusamente por todos los poros de su piel, estaba aterrada al ver como el médico se le acercaba con una jeringa en la mano. Su pánico aumentó, dilatando sus pupilas,al verse rodeada de una multitud de miradas hostiles.
Al intentar moverse se dio cuenta de que estaba atada a una camilla, trató de librarse, pero sus brazos no respondían a sus deseos.
En el momento en el que sentía que la aguja penetraba en su piel, sufrió un sobresalto que la despertó...
En ese mismo instante, aún aturdida,notó como Verne la zarandeaba, diciendole.
-Despierta, Érika, Despierta
-Siii...¿Qué?,Si...
Recobrando de inmediato la conciencia al ver ante sí el rostro de su novio, se sintió reconfortada, al darse cuenta que había sido un mal sueño.
-Estas bien.
-Si,solo era una pesadilla.
-Creí que te te ocurría algo,pues me despertaste al oírte gritar.
-No,no es nada...
-Me alegro que así sea.Voy a ducharme pues tenemos un largo día por delante.
-Vale, en el desayuno concretaremos el plan para hoy.


Antes de dirigirse a la base,como habían planeado, Érika y Verne se separaron.
Mientras él intentaría entrar en la zona restringida, ella contactaría con el médico y averiguar lo que pasaba, ya que se había convertido en una obsesión.
Según le informó el soldado de la entrada, el jefe médico de la base fue victima de un desafortunado accidente la noche anterior, como consecuencia del cual había fallecido.
Sorprendida por la noticia, decidió preguntar por el médico ayudante que los atendió cuando los asistieron de sus heridas.
-Por favor, ¿ Podría hablar con el doctor Jaime?
-El soldado dudó, pero al notar el gesto de preocupación que notó en su rostro, le respondió.
-En estos momentos no se encuentra en la base, lo único que puedo hacer por usted es darle su teléfono,pero que esto no trascienda, que me la juego.
-Se lo agradezco mucho.
Nada mas abandonar la base, llamo con su móvil
al número que le dieron.
-Hola.¿El doctor Jaime?, soy Érika. Le llamo por que acabo de recibir la noticia del accidente de su jefe. Habíamos quedado en vernos, y la verdad es que estoy muy desconcertada.
-Me lo han comunicado esta mañana temprano.Pero tras la conversación que tuve con él, ayer tarde, empiezo a dudar que se trate de un accidente.
-¿Que quiere decir?.
-El doctor Sergio me había trasmitido su inquietud por lo que sabia acerca de la enfermedad de su novio.En mi poder tengo una nota dirigida a usted.


Cuando Verne trataba de buscar la forma de entrar en la zona restringida sin ser visto,recibió una llamada de Reyes, la Directora de la empresa editora del periódico.
Le informó que se han producido dos nuevos atentados en la parte sur del país,es probable que los autores sean los mismos terroristas que causaron la explosión en la que ustedes se vieron involucrados.
Nos obstante, el gobierno pretende ocultarlo. En su nota oficial, sólo se refiere a pequeñas explosiones en unas instalaciones químicas. Por otra parte, los responsables del ejercito aliado, desplegado en el país, no han emitido ningún comunicado al respecto.
Mediante fuentes extraoficiales se ha enterado de la utilización de un nuevo agente patógeno en el desarrollo de experimentos biotecnológicos.
-Se que la misión está complicándose. Espero no pongáis en peligro vuestra integridad.
-Gracias por la información. Investigaremos los atentados, pero no te prometo nada. Esto está muy caliente.Se lo comunicaré a Érika. En cuanto sepamos algo le mandaremos un email.


De regreso en el hotel, tanto Verne como Érika no daban crédito de lo que estaba ocurriendo, por un lado el accidente de Sergio justo cuando había accedido a quedar con ella y hablar de las sustancias tóxicas que producían esa rara enfermedad, incluido Verne, y el número de teléfono de su ayudante al que no podía llamar libremente sin comprometerlo, y por otro, la noticia de un doble atentado que les dio la directora de la editorial del periódico, pero que en ese país no se había hecho público. Como habían dicho, la situación estaba complicándose y su vida corría peligro pues las comunicaciones no eran tan limpias como pensaban y los teléfonos estarían pinchados, así que tendrían que actuar con pies de plomo si querían seguir adelante.
-Ya sé lo que haremos a continuación-, le dijo Érika a su compañero. Voy a llamar a este número de teléfono y le preguntaré a Jaime que fue lo que Sergio le contó antes de su fatal accidente, pero lo haré desde una cabina para que no registren la llamada. Además, no la haré desde la que está en el hall del hotel, por si está pinchada, sino de una que vi ayer cuando di una vuelta por la ciudad cerca del mercado; allí, entre el bullicio, pasaré más desapercibida.
-Me parece buena idea, pero ten cuidado- dijo Verne. Yo me voy a dar una vuelta por el cuartel de operaciones del ejército a ver si logro recabar alguna información sobre estos últimos atentados y pediré a la redacción central que estén atentos a las notificaciones de los fallecidos a los familiares a ver qué pueden averiguar sobre las causas de su muerte y si recuperan los cadáveres, si estos presentan esas extrañas marcas.
-De acuerdo, comentó Érika, debemos agilizar la investigación y acabar cuanto antes con este caso, pero ahora, me voy a dar una ducha para bajar al restaurante del hotel y cenar, que con la barriga llena se piensa mejor, ja, ja. ¿Te apuntas? Debemos tener la cabeza despejada para continuar mañana.
-Por supuesto que me apunto, ni me había acordado de que hoy prácticamente no he comido y las tripas me rugen como un león.


Comieron como si fuera la última cena de su vida, quizás era una premonición, ya que sentían que sus vidas estaban en serio peligro.
Después de tomarse una copa de sobremesa, subieron a la habitación algo más contentos, incluso intercambiaron alguna que otra broma. Se tumbaron en la cama vestidos como estaban y no tardaron en quedarse profundamente dormidos.
Soñaron ambos con bombas,enfermedades y con la muerte, que parecía querer atraparlos inexorablemente...
Al día siguiente, salieron del hotel,cruzaban la calle con la intención de buscar un taxi, cuando un vehículo negro, que circulaba a toda velocidad los arrolló de pleno...
Verne murió al instante, debido al brutal impacto recibido.
Érica,quedó mortalmente herida, logró abrir los ojos muy despacio y la oscuridad lo inundaba todo. Con mucho cuidado y cierto temor, extendió su brazo y notó la superficie húmeda que la rodeaba. En su mente aparecieron imágenes fugaces, poco nítidas como en un sueño,sin saber por qué, sintió detenerse su corazón...

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